Uno de los mayores desafíos de los vehículos autónomos, independientemente del tipo de operaciones, terrestres, marítimas o aéreas, es el hecho de que la tecnología requerida debe combinar la realidad topográfica del terreno con las reglas que guían el uso del entorno específico. En el caso de los vehículos terrestres, la navegación por las calles debe combinarse con las normas de tránsito, incluidas las señales de alto, y cualquier otra restricción que pueda afectar el uso correcto y legal de las vías ocupadas.

Pero cuando hablamos de operaciones autónomas en el Espacio Aéreo Nacional (NAS), no sólo añadimos una tercera dimensión a la ecuación, sino también tomamos en cuenta el hecho de que el cielo está fuertemente dividido en clases y contiene miles de reglas particulares que permiten a aviones de todo tipo navegar con seguridad y con separaciones establecidas. Esto es particularmente importante cuando se opera más allá del alcance visual del operador o piloto al mando (PIC), en lo que se conoce como vuelos BVLOS.

Así pues, el reto de los vehículos aéreos autónomos es tener acceso en todo momento a toda esa información actualizada y en tiempo real. Aunque la mayor parte del espacio aéreo es fijo y varía poco, las cartas de aviación sufren actualizaciones constantes, incluyendo restricciones aeroportuarias, NOTAMS (Aviso a los Aviadores), restricciones temporales de vuelo (TFR) y muchos otros.

Para que las aeronaves pilotadas a distancia (RPAs) naveguen por el NAS de forma segura y legal, la tecnología que guía su trayectoria tendrá que combinar mapas topográficos muy precisos con cartas de aviación actualizadas para evitar colisiones con objetos fijos y en movimiento.

Stratomaps, una empresa basada en Francia ha logrado combinar estas dos fuentes dispares de datos en un flujo continuo de información de navegación que permite a los vehículos aéreos no tripulados (UAV) autónomos realizar sus misiones evitando la topografía del terreno y cumpliendo con las normas de aviación de las regiones en las que operan.

Tuvimos la oportunidad de conectarnos con Yvan Montalieu, fundador y director ejecutivo de Stratomaps para una interesante conversación sobre esta valiosa herramienta para los operadores actuales y la próxima era de vuelos BVLOS.

"Nuestra empresa Stratomaps nació de la creencia de que nos encontramos al borde de una nueva era, en la que los vehículos aéreos no tripulados se convertirán en un medio de transporte convencional". Yvan dijo con entusiasmo: “El número de vuelos de drones más allá de la línea visual de visión (BVLOS), como inspecciones de infraestructura a gran escala, vigilancia en seguridad pública, operaciones de rescate, entrega de suministros médicos y movilidad aérea avanzada (AAM), solo serán permitidos por al regulador si plantean riesgos mínimos en el aire y en tierra y evitan molestias a la población”.

El principal desafío para este tipo de tecnología es que se requiere que sea accesible para el UAV o AAM en todo momento y la cantidad de datos es demasiado grande para una descarga completa a bordo, por lo que las comunicaciones y la facilidad de transmisión y recepción son un ingrediente clave para su éxito en el estado actual de la tecnología, pero Stratomaps está trabajando en una alternativa ingeniosa.

"Nuestro objetivo en Stratomaps es procesar y agregar datos terrestres y aéreos de vehículos aéreos no tripulados para zonas de operación específicas". Yvan dijo descriptivamente: "Los datos se pueden visualizar utilizando mapas 3D interactivos, extraerse en formatos de archivo listos para importar al sistema de control terrestre/piloto automático del dron y también pueden estar disponibles como productos geoespaciales a través de un conjunto de APIs".

Stratomaps ha definido su impacto en tres categorías distintivas:

Ayudar a mejorar la seguridad al:

  • Proporcionar mapas de alta calidad para zonas específicas de operación de drones,
  • Computación de rutas 3D que minimicen riesgos.

Ayudar a reducir las emisiones de carbono mediante:

  • Calcular rutas energéticamente eficientes, 
  • Optimización de las entregas y misiones de inspección de infraestructuras.

Mitigar el impacto social de los vehículos aéreos no tripulados mediante:

  • Recomendando rutas que limiten las molestias públicas, 
  • Definiendo de nuevos mapas con corredores dedicados a UAV.

La tecnología Stratomaps logra estos objetivos a través de una serie de algoritmos que planifican, validan y optimizan rutas, simultáneamente creando una conciencia geográfica que permite al vehículo autónomo navegar por el NAS y seguir el terreno de forma segura.

"Estamos conscientes de que estos son objetivos ambiciosos para nuestra tecnología, pero cualquier cosa menos que eso no será suficiente para que los reguladores del mundo, como la FAA en los EE. UU. y la EASA en Europa, permitan vuelos BVLOS". Yvan dijo resueltamente: "Actualmente nos estamos concentrando en el sector de empresa a empresa (B2B) y ofrecemos nuestra solución como software como un servicio (SaaS) para permitir que los fabricantes de drones se concentren en sus aviones y permitir que la solución Stratomaps' maneje la parte de navegación del flujo de trabajo empresarial”.

Cuando la conversación giró hacia el futuro, Yvan se mostró cauteloso, pero también optimista sobre las posibilidades de mejora de la versión actual.

"La cantidad de datos involucrados en la navegación aérea autónoma es enorme y debemos tener mucho cuidado a medida que agregamos capas de complejidad a nuestra solución completa". Yvan dijo con cautela: “Nuestra versión actual puede tener datos de elevación digitales, mapas vectorizados del terreno y datos de aviación específicos de UAV, pero nuestro objetivo es tener una versión que también incluya más funciones como cobertura de viento y red celular para ayudar a los operadores a guiar y planificar sus viajes y rutas de manera más eficiente”.

No tenemos ninguna duda de que, si alguna vez queremos tener una integración segura de aviones tripulados y no tripulados en el NAS, un sistema como Stratomaps tendrá que ser obligatorio para garantizar que todos los aviones que compartan el cielo tengan la misma información e igual acceso a las comunicaciones.